Por ausencia de la Cancillería se suspende diligencia de cierre de construcción de la Embajada de Rusia en Panamá.
Un dime que te diré se desprendió de una
llamada telefónica que sostuvieron frente a periodistas y el público presente un funcionario de la cancillería de nombre
Rigoberto Castillo con el Corregidor de Ancón Aníbal Castillo en el marco de
una diligencia que tenía como finalidad la cancelación temporalmente de las
obras de construcción de la Embajada de la República Federal de Rusia en
Panamá.
Y es que, cuando acudió al
lugar donde se construye esta obra al proceder a su cierre, el corregidor
Castillo pregunto por el funcionario de la cancillería y al no estar este, se procedió a contactarlo vía telefónica y fue
cuando se produjo el dime que te diré, Castillo de la cancillería argumentaba
que le había informado al corregidor en horas de la mañana que no asistiría a
la diligencia puesto que la construcción de esta obra no tiene inmunidad diplomática
y que el corregidor podía asistir solo, sin embargo el corregidor respondía que
nunca había hablado con R. Castillo de la cancillería; como dice el dicho nadie
quiere esa “Papa Caliente” ó a que le temen”.
Y es que en una nota enviada
a la cancillería y firmada por el Corregidor Aníbal Castillo, dirigida a la
Licenciada Sara Diva Urrutia, Directora de Asuntos Jurídicos del Ministerio de
Relaciones Exteriores, con copia al Licenciado Rigoberto Castillo, fechada el 7
de marzo de este año, la corregiduría de
Ancón, solicitaba la comparecencia de un
funcionario de la cancillería para que estuviera presente en la diligencia
judicial de cierre temporal de los trabajos de la Construcción de la nueva sede
de la República Federal de Rusia en Panamá, que se realizaría este martes 14 de
marzo a las diez de la mañana, sin embargo ningún funcionario de esta
dependencia acudió a tal diligencia, aduciendo que como la obra no tiene
inmunidad diplomática la cancillería no tiene que estar presente.
El corregidor Aníbal Castillo,
que se hizo acompañar por una decena de funcionarios del orden público, no pudo
entrar a la obra, pues los trabajadores de nacionalidad rusa, no los dejaron
entrar a la misma, aduciendo que ninguna autoridad puede entrar a esta obra, hasta
que estuviera presente un funcionario de la embajada de Rusia en Panamá; al llegar el funcionario y tener una conversación
con el corregidor y los miembros de la Policía Nacional, se decidió suspender
la diligencia de cierre.
Al cuestionar al corregidor
castillo, sobre el motivo de la suspensión
de la diligencia, este manifestó que no se suspendió por que la cancillería no realizo los trámites
correspondientes y que hasta que esta
entidad no realice los mismos, no se podrá
proceder con la misma, manifestó, que inclusive
los ciudadanos rusos no fueron notificados de que esta diligencia se realizaría,
notificación que tendría que ser realizada por la cancillería.
La
construcción de la nueva sede de la Embajada de Rusia en Panamá, está ubicada
en Albrook Residencial, lo que ha motivado el descontento de los residentes del
área, quienes a diario sufren de la presencia de equipo pesado que por la
naturaleza de su origen hacen un gran escándalo que incomoda a los lugareños,
además se preguntan por qué se permite la construcción de esta obra en
este sector sin conocimiento de lo que en verdad se está construyendo.
Además que esta construcción desde el año pasado se realiza sin permiso de
construcción puesto que si se observa los trabajos continúan sin un rótulo o
letrero que indique lo propio, frente al ya edificio, solo aparece una tabla indicando el permiso de ANAM otorgado el 2006, hoy MIAMBIENTE.
Lo que sí causa suspicacia, es como hay más de una decena de ciudadanos rusos trabajando en esta obra y el Ministerio de Trabajo ni Migración se han pronunciado. Recordemos que a principio de esta construcción los trabajadores eran en su mayoría panameños pero cuando estos empezaron a reclamar sus derechos, los rusos tomaron la decisión de traer mano de obra de ellos, reduciendo en a un 20% la presencia de mano de obra nacional.
Solo, queda esperar y ver hasta como los ciudadanos extranjeros son más panameños
que nosotros mismos, al extremo que ni nuestras propias autoridades pueden
entrar a inspeccionar sus obras en nuestro territorio.
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